lunes, 8 de abril de 2013

Pensatiempos y Pasamientos IV







Debemos perdonar a los que nos ofenden, pues ellos nunca sabrán calmar el horror que sienten sus silencios cuando gritan. 



La injusticia como marco verdadero  de la evolución social.



Los ahorcados de Pisanello bajo el manto rotundo de la noche.  ¿Qué crimen cometieron? ¿quién los condenó? ¿por qué nos conmueven esos dos hombres que cuelgan, yertos y simétricos, de las formidables vigas?¿qué tipo de belleza (si es que existen «tipos de belleza») emerge de ahí? 



En la parte oculta de la evidencia se halla el magnetismo perenne de ciertas imágenes atroces. 



Comparecencia: hablar del infierno en presencia de un abogado.
Confesión: hablar del infierno en presencia de un sacerdote.
Confabulación: inventar un infierno para otro.
Otro: según Rimbaud, él mismo; según Sartre, el infierno. 
Infierno: círculos concéntricos.
Comparecencia: hablar de círculos concéntricos en presencia de un abogado.
Confesión: hablar de círculos concéntricos en presencia de un sacerdote.
Confabulación: inventar círculos concéntricos para el infierno.
Dante: confabulador, cartógrafo metafísico y otros poemas.
Círculo concéntrico: fenómeno que provoca en el agua una gota de agua.
Agua: elemento en el que sumergirse. 
Gota de agua: alegoría del yo en descenso. 
Descenso del yo: Catábasis.
Abogado: sacerdote del poder judicial cuya máxima autoridad es el capital.
Sacerdote: abogado de la fe cuya máxima autoridad se desconoce hasta el momento.
Capital: el único juez verdadero.
Fe: ns/nc 



Quizás, socialmente, este no sea el momento de los poetas, aunque me atrevo a afirmar que sí es su tiempo porque siempre ha sido el tiempo de los poetas. Y siempre ha sido así porque el poeta es el único ser capaz de tender su ojo moral, su penetrante mirada humana hacia cualquier paraje que su imaginación desee. El poeta puede ver el mundo anterior a él, puede contemplar la creación misma, el instante preciso e incierto en el que el tiempo tuvo comienzo e, incluso, puede cavilar esferas imposibles donde la noche habla o el silencio es un cocodrilo durmiendo bajo la luz de una luna verde.  Y es que el acto de creación no se subordina al fluir ordinario de lo real. Acontece, el acto de creación, desde otro ámbito, desde otra perspectiva por medio de la cual los momentos, entendiendo momento como hecho, circunstancia o situación, son impugnados y, también, rediseñados. Pero: ¿cómo se rediseña un momento? ¿de qué forma se impugna un hecho y se modifica para que, de este modo, el hombre lo reencuentre como un hallazgo insólito? La respuesta no es sólo el lenguaje, no puede ser sólo el dominio de la palabra. Hay algo más; una forma de ver que sólo puede germinar desde la perplejidad y que, como si de un instrumento se tratara, se cristaliza mediante la palabra, pero no mediante el uso lógico y coherente de ésta, ni mucho menos, sino mediante la acción inconformista y el riesgo extremo; pues el poema sólo puede ser, sólo puede fructificar cuando el hombre pone el lenguaje al servicio del poema y lo somete con la soberana libertad que su no pertenencia a lo real le concede. No olvidemos, además, que el medio en el que existimos es el de la palabra. Todo lo que nos rodea ha sido evaluado, semiotizado y etiquetado. Todo contiene un símbolo y una sonoridad estandarizados, y el poeta es consciente de esto, demasiado consciente, claro está, ya que al no pertenecer al momento en el que vive sino al tiempo en el que existe, su imaginación evalua, semiotiza y etiqueta de una forma diferente. Porque el poeta, indiscutiblemente, está más próximo al enfermo mental que al hombre de estado y, quizás, sea esa su fortuna, ya que puede articular un discurso al margen de todo, es decir, un discurso libre de todo rango social y de toda pauta, siendo esa libertad discursiva el riesgo mismo; un riesgo que puede conducir al hombre que escribe poemas a ese abismo donde el conocimiento es reemplazado por intuición.





Tensión identitaria: tendencia del recién llegado a acotar su individualidad con respecto a las respectivas identidades de los que se encuentran en el lugar de llegada. 




Mediodía, alto mediodía, descifremos el signo solar que cae en los tejados.



Rasgo: adquirido (o impuesto) escalafón seseante. 



Dice: «este es mi sistema de pensamiento» cuando, en realidad, quiere decir: «estoy dispuesto a convencerte.»  



En las alta montañas, la fórmula extrema del aire.



Después del poema, las palabras aparecen como cáscaras de un fruto nunca dicho.



Ángeles que pasan y ocupan el silencio de los hombres.

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