Ahora
que los astros se precipitan
más allá de la costa
de los elefantes
escribamos,
con resina o hueso,
lapislázuli o ceniza,
cómo estalla en los bajíos
y se coagula
en la línea falaz
del horizonte
la última tarde
de la creación.
Escribamos
con palabras ya dichas
lo que no
todavía
sabemos pronunciar.
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