viernes, 6 de enero de 2012

Apuntes I


LA VIDA arde más allá de lo que su resplandor promete.




EL OJO:
síntoma
de la luz.




EN LOS altares del este vemos cómo se alza, a la manera de un cáliz en mitad del ofertorio, la gran bola de fuego rojo cadmio. De la noche del mundo emerge, una y otra vez, el rito sagrado de la luz.


 
SUEÑO QUE frente a mí se abre el libro de la nieve. Exhaltado contemplo el vacío de sus dos únicas páginas. Trato de descifrar las múltiples vetas de hielo azul, las incandescentes láminas de escarcha... Al despertar me invade la certeza de haber visto un ángel por la espalda.





EL POEMA se encuentra en ese lugar donde permanecen los objetos más exóticos e ignorados de la mente.




EN LOS lugares de tránsito el encuentro no depende de aquel que espera, sino del que ha de llegar. Al primero le pertenece la esperanza y al segundo la certeza.


OFICIO TRANSPARENTE el de la amante
cuando su cuerpo alumbra la memoria.




LA LUZ es el polen que la flor de la vigilia esparce al amanecer.




EL POEMA es un cuerpo iluminado y, como tal, debe proyectar su sombra más allá de la palabra, sobre los territorios limítrofes de lo que no ha sido dicho. El gran poema busca extenderse hasta el horizonte del lenguaje para usurpar el reino invisible que tras él se abre.






No hay comentarios:

Publicar un comentario